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7.1. La sobreexplotación de los acuíferos
El sistema de explotación más eficaz de un acuífero, para aprovechar al máximo sus recursos y no incurrir en sobreexplotación, es el de extraer anualmente una cantidad de agua igual o inferior a la de la recarga media interanual.
La sobreexplotación consiste en extraer más agua de la que entra en el sistema acuífero, lo que supone un consumo de las reservas que se refleja en el descenso del nivel freático o piezométrico, hasta el punto que se secan los manantiales y disminuye el caudal de los ríos, creándose graves problemas de suministro. Si la sobreexplotación tiene lugar en los acuíferos de la costa conectados con las aguas marinas, el agua dulce
se extrae en su totalidad y deja paso al agua salada del mar que invade el medio
permeable terrestre según un proceso conocido con el nombre de “intrusión marina” que saliniza el agua subterránea de los pozos.
Se diferencian tres tipos de sobreexplotación:
- La explotación de los recursos anuales de una sola vez a un fuerte ritmo hasta estabilizar el bombeo en un determinado valor.
- Sobreexplotación no destructiva que es la producida cuando se llega más allá de los límites antes mencionados durante poco tiempo.
- Sobreexplotación destructiva a la cual se conduce el acuífero cuando se prolongan las extracciones excesivas durante mucho tiempo, que lo hacen prácticamente inexplotable, bien por la degradación de la calidad química de sus aguas, o bien, por motivos económicos derivados de la elevación desde una gran profundidad de las aguas subterráneas.
7.2. Consecuencias de la sobreexplotación:
La sobreexplotación conduce a un continuado consumo de las reservas y a un descenso no estabilizado de los niveles piezométricos. Si consideramos el acuífero como un sistema regulador de entradas y salidas de agua, una disminución de las reservas hará que disminuyan las garantías de suministro ante situaciones extraordinarias, como puede ser una sequía prolongada, y puede favorecer además la intrusión de aguas de calidad no deseable.
El efecto más directo de la sobreexplotación es el empeoramiento de la calidad química de las aguas subterráneas, a causa de los siguientes factores:
- Menos disolución de las aguas antiguas almacenadas en el acuífero con las nuevas de la recarga anual, lo que favorece la concentración de sales.
- Salinización de los pozos por el avance de las aguas marinas tierra adentro al alterarse del equilibrio agua dulce-agua salada.
- Recarga inducida de las aguas contaminadas de los ríos a los acuíferos, ya que los ríos pasan de ser efluentes a ser influyentes.
- Recarga inducida de las aguas contaminadas por lixiviación de los focos contaminantes situados sobre el acuífero.
También pueden producirse los siguientes riesgos geofísicos:
- La sobreexplotación de algunos acuíferos puede inducir a la subsidencia del terreno al disminuir la presión efectiva que ejercen las aguas subterráneas, produciéndose asientos y colapsos de suelos.
- El abandono del bombeo en un acuífero sobreexplotado puede provocar una subida rápida del nivel freático, inundando aquellas edificaciones que habían sido construidas cuando los niveles estaban más bajos.
7.3. Medidas correctoras de la sobreexplotación:
La sobreexplotación ocasionada debe atajarse lo antes posible hasta conseguir la recuperación de los niveles freáticos, mediante:
a) Prohibición de construir nuevos pozos b) Detener los sobrebombeos
c) Ausencia de extracciones
d) La recarga artificial de los acuíferos e) Ordenación y limitación por zonas
7.4. La intrusión de las aguas marinas:
Las aguas que saturan los acuíferos costeros conectados con el mar mantienen un equilibrio hidrodinámico entre el agua dulce del acuífero y el agua salada del mar, con la singularidad de que el agua marina es más densa y esto hace que tienda a desplazarse por debajo del agua dulce formando una cuña de agua marina tierra adentro.
El efecto de una extracción desmesurada de agua dulce cerca de la costa, da un carácter dinámico a la interfase agua dulce-agua salada. Así, cualquier sobreexplotación de un acuífero costero provocará cambios en la posición de la interfase, la cual avanzará tierra adentro en forma de cuña salina: El agua dulce se extrae en su totalidad y deja paso al agua salada que invade los espacios libres de las rocas permeables salinizando el agua de los pozos. Esta intrusión marina se produce sobre todo en las zonas turísticas del litoral mediterráneo.
Los resultados negativos de las extracciones excesivas de agua dulce provocan las siguientes:
- Consecuencias relacionadas con el descenso del nivel freático: Desecación de marismas, subsidencia y abandono de los pozos. Lo anterior puede provocar que las construcciones que se habían edificado con niveles freáticos bajos puedan ser inundadas al recuperar aquellos su nivel primitivo.
- Consecuencias relacionadas con la salinización de las aguas: Degradación de suelos agrícolas, corrosión de las conducciones de agua, impotabilidad y problemas sanitarios.
- Consecuencias relacionadas con aspectos socioeconómicos: Abandono de cultivos, traslado de industrias, necesidad de nuevas obras de abastecimiento, economía paralela de agua embotellada, etc…
- Otras consecuencias: Cambios en la fauna y en la flora de las zonas costeras.
7.5. Los procesos antrópicos de contaminación de acuíferos:
Las contaminaciones de los acuíferos raramente se producen de forma natural y espontánea, detrás siempre está la mano del hombre: Las actividades mineras y de rocas industriales, las construcciones subterráneas, los colectores de aguas residuales de las urbanizaciones, la nula protección sanitaria de las áreas de recarga, los vertidos de deshechos urbanos e industriales, la inyección de líquidos nocivos al medio permeable (fosas sépticas), etc, son los principales focos contaminantes.
Por otro lado, el aumento de las extracciones por bombeo producido por el incremento de la demanda, acelera el movimiento y la difusión de los contaminantes, paralelamente a la progresiva degradación de las aguas subterráneas y superficiales.
Las contaminaciones de un acuífero subterráneo son de tres tipos según su distribución espacial:
- Contaminaciones puntuales: La mayoría están relacionadas con la eliminación de aguas residuales, los desperdicios urbanos (basureros) y los residuos industriales y mineros.
- Contaminaciones lineales: Los ríos y canales de riego con aguas contaminadas pueden pasar de efluentes a influyentes por inversión causada por la sobreexplotación de los acuíferos. Este fenómeno puede considerarse generalizado en los acuíferos lineales de los aluviales conectados al río.
- Contaminaciones dispersas: Ej. Ciertas actividades agrícolas como abonar los cultivos, el empleo de productos fitosanitarios, plaguicidas, insecticidas y herbicidas.
La vulnerabilidad de los acuíferos subterráneos a la contaminación está condicionada por los siguientes factores:
- El poder filtrante de los acuíferos granulares (arenas) gracias al cual los contaminantes pueden quedar retenidos en los poros intergranulares, hecho que no sucede en los acuíferos fisurados y kársticos, donde los huecos son mucho más grandes y no tienen la capacidad de filtración de los contaminantes: Acuíferos muy vulnerables.
- El espesor de la zona saturada de la formación geológica del acuífero.
- La velocidad del flujo de las aguas subterráneas, condiciona los fenómenos de disolución y fijación de ciertos contaminantes. Esta es muy lenta en los acuíferos porosos homogéneos, pero puede ser extremadamente rápida en los acuíferos kársticos.
- La protección natural del acuífero. En acuíferos cautivos, la existencia de rocas impermeables situadas en la parte superior asegura una protección natural de las aguas subterráneas contra las contaminaciones provenientes de la superficie.
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23 de septiembre de 2008
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