13 de septiembre de 2008

EL PUENTE ROMANO DE NTRA. SRA. DE ALCANTARILLA

© Copyright JUAN GIL MONTES 2008


El fortín árabe de Qunaytarat Balá (Belalcázar).

E
n la revista de El Miliario Extravagante, nº 55, de Marzo de 1996, página 15 y siguientes, publiqué un amplio artículo sobre la ubicación de la ciudad bereber de Miknasa al Asnam en la población bajo-extremeña de Zalaméa de la Serena. Uno de los puntos de apoyo para tal deducción fue el itinerario que seguía la calzada romana de Córdoba a Medellín y que utilizó en la Edad Media el geógrafo árabe al Idrisi, quién en su Repertorio de Caminos de al Andalus dice: “de Qunaytarat Balá hay 12 millas a Talut, y a Miknasa hay 18 millas”.

Al Qunaytarat en árabe es un puente pequeño (Alconetara = Alcantarilla) levantado generalmente en un vado por donde atraviesa una calzada. Ha dado topónimos como el vado de Alconétar en el río Tajo, por donde pasa la calzada romana “Vía de la Plata”, cerca de Garrovillas (Cáceres), donde también se encontraba un hermoso puente romano, hoy reconstruido en otro lugar distinto al de su primitiva ubicación.
Balá o Balata en árabe es lo mismo que pavimento, luego estaríamos ante un puente romano de piedra y pavimentado.

Ermita de Ntra. Sra. de Alcantarilla, patrona de Belalcázar (Córdoba)


En Belalcázar (Córdoba) tienen por patrona a la Virgen Nuestra Señora de Alcantarilla cuya imagen se encuentra en una bella ermita situada en la margen izquierda del río Zújar en los límites con la provincia de Badajoz. Sin duda este topónimo árabe hace referencia a un antiguo puente romano de la calzada (I.A. nº 11) que cruzando el río Zújar unía las poblaciones de Córduba en la Bética con la de Metellinum en la Lusitania.

En Belalcázar
ya nadie conocía tales ruinas romanas, hasta que un día me propuse encontrarlas para demostrarme de ese modo que estaba en la buena dirección en cuanto a la ubicación de la ciudad de Miknasa.

Muralla musulmana del oppidum de Zuja Bala (Alcantarilla)


Lo primero que descubrí es que la ermita de Nuestra Señora de Alcantarilla se encuentra intramuros de un amplio recinto de épocas romana y musulmana por los abundantes restos cerámicos de estas dos culturas. Sólo faltaba descubrir el puente que determinó el topónimo actual.
Pregunté a los señores guardeses que cuidan aquel lugar y no supieron orientarme. Entonces, tuve que aplicar mis conocimientos geológicos y observé que un enorme filón de cuarzo cruzaba de orilla a orilla el río configurando en la margen izquierda un escarpado promontorio sobre el que se sitúa la ermita. El resto de las rocas de la zona son pizarras mas o menos blandas y por efecto de la meteorización se descomponen en arcillas. Por tanto, el puente no pudieron hacerlo los romanos sobre rocas tan deleznables como las arcillas y, la única posibilidad era que el filón de cuarzo hubiese sido utilizado como firme duro y suficientemente resistente para cimentar las obras del puente romano que yo buscaba.

Tramo del río Zújar donde se ubican los tres puentes gracias al excelente firme rocoso del cauce

Crucé el río por el actual puente de la carretera que une Monterrubio con Belalcázar y bajando por un pequeño escarpe me acerqué al río buscando algún indicio… y, ¡efectivamente!, los romanos sabían lo que hacían en materia de obras públicas, pues allí estaban esparcidos por el cauce del Zújar gran cantidad de sillares graníticos, algunos almohadillados, unos “in situ” formado los estribos del puente y otros dispersos (ver foto) por las avenidas del río y los hombres que los utilizaron para cimentar otro nuevo puente, en los años siguientes a la guerra civil, y que, no sabemos por qué causa, nunca llegó a funcionar .

Sillares graníticos del destruido puente romano de Alcantarilla dispersos sobre el río Zújar


Entre los enormes sillares observamos también argamasa ("opus caementicium") de cantos rodados de cuarzo y cal como cemento de unión.
No cabe duda, el paso del río Zújar estaba en el “oppidum” romano cuyo nombre latino no conocemos pero que los árabes llamaron "Qunaytarat", también en otros escritos aparece como Zuja-Bulá o Zuja-Balá, en alusión al puente de la calzada que cruzaba el vado del río.

Fotografía aérea del oppidum de Alcantarilla junto al río Zújar.


Un ramal de esta calzada se dirigía hacia el “oppidum” de Belalcázar, donde hemos encontrado también cerámicas (sigilatas) romanas, y de allí a la ciudad de Solia, situada en el camino romano de Córdoba a Toledo. Otro ramal bajaba a Mellaria y por el río Guadiato llegaba hasta Córdoba.

Entalles realizados por los romanos en las pizarras del oppidum para el descenso de la calzada hasta el puente


Desde el “oppidum” de Alcantarilla subía la calzada por Monterrubio hasta Zalaméa de la Serena, la Iulipa romana y después la Miknasa beréber,situada a 18 millas como nos indicaba al Idrisi, y desde esta población seguía hasta Metellinum donde cruzaba el Guadiana por un largo puente, hoy también destruido, hasta alcanzar la Emerita Augusta capital de Lusitania.

Calzada romana de Alcantarilla a Belalcázar (I.A. nº 29 )


Este camino estuvo en uso durante toda la época medieval pues las crónicas nos cuentan que fue aprovechado por el rey Fernando III El Santo cuando se dirigió a conquistar la ciudad de Córdoba.

El Rey San Fernando, en la primavera de 1236, tuvo que acudir urgentemente desde Benavente (León) hasta la ciudad de Córdoba, en socorro de sus caballeros encerrados por la morisma en el arrabal de la “Axarquía” cordobesa: "Estos osados caballeros fijosdalgos, et adalides et almogávares a caballo et de pie, ajuntáronse en Andujar, que era de cristianos, et ficieron su cabalgada contra Córdoba y cataron una noche de fuerte tiempo y oscura y ayudados por los castellanos de Martos, ganaron la Puerta de Martos, las torres y el arrabal de la Axarquía".

Quedaban las tropas cristianas dueñas de casi todos los baluartes, pero sitiados por los musulmanes cordobeses, en su ayuda tuvo que acudir el Rey Fernando III el Santo. "Et el su camino fue éste: de Benavente enderezó para Çibdat Rodrigo, et de la Çibdat para el puente de Alcántara, pasó el Guadiana en la barca de Medelín, et de Medelín enderezó a Magacela et a Bienquerencia, que era de moros".

Fernando III armó su tienda en un campo, cerca de una fuente “cabo del castiello” de Benquerencia. El alcaide moro, que era “buen omne et caballero”, le llevó sus presentes, “pan et vino et carne et cebada”, y hablando con él el Rey le pidió el castillo, pero el moro se negó a entregarlo, prometiendo sumisión y vasallaje cuando volviese San Fernando de ganar Córdoba. El Rey Fernando llevaba sólo a “treinta pares de armas” iba con prisas y no quiso entretenerse en tomar el castillo de Benquerencia por la fuerza.
Al Rey Santo no le gustó aquella osada respuesta del astuto alcaide moro de Benquerencia, al que la comitiva real le parecía muy poca gente para tomar la populosa capital cordobesa, dando por hecho que no se llevaría a cabo tal hazaña y él conservaría para siempre este inexpugnable castillo.

El rey y sus caballeros siguieron la calzada romana de Medellín hacia Córdoba, y como los ríos iban muy crecidos por las abundantes lluvias pasaron el Zújar por el puente romano de Alcantarilla (“al Qunaytarat”), donde había otro castillo árabe controlando el vado del río, llamado en las crónicas de entonces “Hisn Zuja-bula o Zuja-bala”.

Continuó el Rey su camino por la calzada hacia la romana Mellaria (Cerro Masatrigo, Fuenteobejuna), por Dos Hermanas (Belmez) y por Daralbacar (Castillo de Vacar) hasta el puente de Alcolea, donde “fincó sus tiendas”.
Finalmente Córdoba cayó conquistada por los cristianos el 29 de Junio de 1236.

DEA DOMINA SANCTA ADAEGINA Y EL CULTO A LAS AGUAS

© Copyright JUAN GIL MONTES 2008


Sorprendentes relaciones de la diosa celta Adaegina con las fuentes salutíferas.

Se describen varios lugares de Extremadura donde han aparecido aras y exvotos con inscripciones dedicadas a la diosa celtohispana Adaegina y su conexión con caudalosas fuentes de aguas medicinales.

Conocemos a la diosa indígena prerromana Adaegina gracias a los innumerables altares con inscripciones latinas aparecidos en el antiguo territorio de la Hispania Ulterior y, más concretamente, entre el Tajo y el Guadiana. Una de las principales características de Adaegina son sus epítetos “Dea Domina Sancta Turibrigensis”, que nos indica que se trata de una divinidad protectora de la ciudad prerromana de la
Beturia Céltica llamada Turíbriga o Turóbriga, ubicada recientemente en los alrededores de la ermita de San Mamés, en las cercanías de Aroche, provincia de Huelva, y que posee una fuente, acueducto, varias termas y piscinas extraordinarias en fase de excavación. (1).
Uno de los vestigios más importantes aparecidos en los Llanos de San Mamés de Aroche es una tubería de plomo para la conducción de agua que lleva grabado un tridente y la inscripción M.T.F. que correspondería a M(unicipii) T(urobrigensis) f(istula aquaria)(2).



Fuente romana de Turóbriga (Aroche, Huelva). Junto a la fuente, a la que se desciende por una galería inclinada, hay restos de un depósito. (c) Arqueología en Huelva y su provincia.
http://webs.ono.com/rubenma (Imagen publicada por Onuba).


Adaegina es una de las divinidades indígenas mejor conocidas del panteón celtohispano, cuyo culto se manifestó sobre todo en tierras extremeñas, donde hoy se conocen un gran número de aras votivas dedicadas por indígenas a esta diosa con las mismas o parecidas funciones que la Perséfone griega, diosa de lo subterráneo y esposa del dios del submundo Plutón; o que la Proserpina latina, diosa de los infiernos, y de hecho en varias inscripciones aparece sincretizada con ésta como Adaegina-Proserpina, como vemos en la aparecida en a la Albuhera de Carija (Mérida), embalse llamado desde entonces Pantano de Proserpina y que almacenaba las aguas de unos supuestos manantiales que afloran en su vaso (3).



Inscripción de Ataecina-Proserpina (Mérida):
Por medio de ella una mujer invoca a la Dea Ataecina- Proserpina, diosa de los Infiernos, para que castigue al ladrón que le ha robado varias prendas, de las que hace una detallada relación.(Imagen publicada por A.M.Canto)


Adaegina era a la vez una diosa madre de la muerte y de la regeneración, del renacimiento o de la vuelta a la vida, diosa telúrica relacionada con el mundo subterráneo o infernal, cuyos poderes curativos y para la fertilidad pueden manifestarse a través de las aguas subterráneas de determinadas fuentes o manantiales de origen profundo. En definitiva, una deidad o ninfa protectora de las aguas mineromedicinales, dispensadoras de la salud y de la fecundidad humana.
El culto a Adaegina quizás se realizaba en altares o aras ubicados en las cercanías de estas surgencias de aguas que eran consideradas como poseedoras de especiales virtudes, aunque su santuario principal se situara en la lejana ciudad bética de Turóbriga.
En Extremadura, región con grandes influencias célticas, existen varios lugares donde es clara esta vinculación de la divinidad de Turóbriga con el agua surgente de determinadas fuentes a las que se han atribuido desde entonces ciertas propiedades sanadoras o de la fertilidad.
El primer lugar, dónde se han encontrado el mayor número (unas cincuenta) de dedicatorias a esta diosa céltica, es en los muros, suelos y alrededores inmediatos de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal, cercana a la localidad cacereña de Alcuéscar, evidentemente levantada en el mismo lugar donde existió un antiguo santuario dedicado a la Dea Sancta Adaegina.
En "El Trampal" (topónimo relacionado con las aguas) se han encontrado los siguientes variantes de dedicatorias en las inscripciones (4):

Adecin[a] Sancta …
D(ea) D(omina) S(ancta) [---]
D(ea) D(omina) S(ancta) Turibri(gensis) Attegina...
D(ea) D(omina) S(ancta) Turibri(gensis) Adaecina…
D(ea) D(omina) S(ancta) T(uribrigensis) A(taecina)…
D(ea) D(omina) S(ancta) Turibri(g)e(nsis) Adegina…
D(ea) Dom[i]na Tur(ibrigensis) [---] …
Domina Turibr(igensis) Attaec[i]na …
Domina Turibri(gensis) [A]degina…
Domina Turibri(gensis) Addaecin(a)…
Domina [---]
Dom(ina) …
Tur(ibrigensis) Ad(aecina)… [T]uribri(gensis) A[t/d]ecin[a]…
D(ea) D(omina) [T]uri[b]ri(gensis)…
……………………………………………………………………………



Altares de granito (aras) dedicados a la Dea Sancta Ataecina Turibrigense, extraídos durante las últimas excavaciones en los alrededores de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal de Alcuéscar (Cáceres).

Son demasiadas aras para ser llevadas hasta “El Trampal”, lo que indica que allí mismo hubo un santuario importante erigido para dar culto a la diosa Adaegina, un lugar sagrado que posteriormente fue cristianizado en el siglo VI d. C.
Además hay otro aspecto destacable, que normalmente suele pasar desapercibido, pero que debemos de tener muy en cuenta, y es que, junto a la ermita visigoda de “El Trampal” aflora un caudaloso manantial de aguas termominerales, que no hace mucho ha sido captado para el abastecimiento de la población de Alcuéscar, pero en el pasado se encontraba canalizado con el fin de utilizarlo en diversos usos, entre ellos para el lavado de minerales de hierro , recogidos en la cercana Sierra de San Pedro durante la época romana; desde la Edad Media como energía motriz para la molienda de cereales en un molino harinero, y más recientemente, para regar numerosas huertas aledañas plantadas de naranjos (5).



Cubo del primitivo molino medieval que utilizaba las abundantes aguas del manantial termo-mineral cercano a la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal. Al fondo se observa la ermita rodeada de naranjos y enclavada en un espacio natural privilegiado al sopié de la Sierra de Montánchez ( Mons Tanceti) rica en mineral de estaño(6).



A un observador cuidadoso le llama la atención que la basílica de Santa Lucía esté construida en su totalidad con sillares reutilizados que pertenecieron a otros edificios más antiguos.Entre los sillares graníticos extraídos durante las excavaciones hay varios con canaladuras para el paso del agua.

El segundo lugar donde han sido encontrados dos exvotos de bronce con forma de cabritas y un ara granítica que lleva grabado un tridente, con inscripciones dedicadas a la Dea Sancta Adaegina, ha sido en la localidad de Malpartida de Cáceres, integrada durante la época romana en el "ager norbensis", esto es, el campo de la colonia Norba Caesarina, explotado por numerosas villas rurales agroganaderas.
Los sacrificios de cabras a Adaegina, unido a la ablución purificadora con el agua de la fuente milagrosa, eran un rito en el que el animal se convertía en victima expiatoria del mal del oferente. Los exvotos broncíneos de cabras se convertirían en ofrendas permanentes ante la divinidad por parte de quien las realizaba.
Este sería el caso de las dos cabritas de bronce con inscripción encontradas en 1885 por un labrador en "La Zafrilla", finca situada a unos tres kilómetros al noroeste de Malpartida, en las cercanías del antiguo camino romano que conduce a la localidad de Arroyo de la Luz y al Puente de Alcántara, y que fueron entregadas junto con otros objetos romanos (varias pesas y una cara femenina labrada en hueso) y varias hachas de piedra, al propietario de los terrenos de la dehesa “La Zafrilla”, D. Miguel Jalón y Larragoiti, XII Marqués de Castro Fuerte (7).

Las cabritas sujetan con las patas delanteras una cartela soldada donde pueden leerse los siguientes textos:

D.S.T. AD-VICTORIN. –SER.C.SE-VERAE- A.L.V.S.

D(eae) S(anctae) T(uribrigensi) AD(aeginae) VICTORIN(a)
SER(va) C(occeia) SEVERAE A(nimo) L(ibens) V(otum) S(olvit)



DE.S.A.T.- COCCEIVS-MODESTI- ANVS.V.S.

DE(ae) S(anctae) A(daeginae) T(uribrigensi) COCCEIVS
MODESTIANVS V(otum) S(olvit)


Pero lo más importante para nuestro estudio es consignar la existencia dentro de la dehesa “La Zafrilla” de un rico manantial de aguas mineromedicinales, que al menos durante los dos últimos siglos fueron aprovechadas para llenar las pilas de un rústico balneario y de un lavadero de lanas llamados “de San Miguel”, posiblemente en honor del onomástico del antiguo poseedor de esta finca.



Ruinas del Balneario de San Miguel, en la Dehesa de la Zafrilla (Malpartida de Cáceres)



Lavadero de lanas de San Miguel, en la Dehesa de la Zafrilla (Malpartida de Cáceres)


Exvotos de cabritas de bronce consagradas a Ataecina han aparecido también junto al Arroyo de El Encin, que discurre cerca del poblado de Valdencin, en el término de Torrejoncillo (Cáceres). Aquí se hallaron, dentro de una vasija de barro, un grupo de figuras de bronce que han sido catalogadas como de los siglos I ó II d. de Cristo. Estos objetos, todos de muy escaso tamaño y que actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres, son exvotos de bronce dedicados a la Dea Sancta. Se trata de cuatro cabritas, una de las cuales tiene soldada entre sus patas delanteras una cartela (fragmentada) similar a la que tienen cada una de las dos cabritas de Malpartida, una cabeza de cabra de mayores proporciones y un jinete montado sobre un caballo.

Los exvotos mencionados aparecieron en el contexto de un amplio yacimiento romano, con grandes sillares graníticos y abundantes tégulas, situado en una elevación amesetada rodeada por una rica ribera conocida como "Vega del Manantial" y regada por el mencionado arroyo de aguas cristalinas llamado de El Encin o del Acin, de etimología un tanto sugerente, tal vez relacionada con la D. D. S. Ataecina.


Cabrita de bronce bañada en oro, con cartela entre las patas delanteras para grabar la dedicatoria a la diosa celta Ataecina.Encontrada junto al arroyo de El Encín (Torrejoncillo). Museo Arqueológico de Cáceres.


Una curiosa inscripción realizada en mármol blanco y dada a conocer por nuestro amigo Julio Esteban (8), profesor de la UNEX, fue encontrada en su pueblo de Bienvenida (Badajoz) en la finca llamada "Manantial de La Vaquera", cuando el propietario de la misma efectuaba las labores agrícolas y la enganchó con las rejas del arado. Esta fuente no tiene un caudal importante ni se le reconocen actualmente cualidades salutíferas a sus aguas, pero en sus proximidades se han encontrado columnas de mármol, sillares y tégulas romanas, restos de un posible ninfeo que no ha sido excavado ni estudiado suficientemente.



Inscripción de Attaegina encontrada en Bienvenida (Badajoz).
Foto cortesía de Julio Esteban Ortega (Dpto. Historia Antigua, UNEX)

(DEA) DOMINA
(A)TTAEGINA
(T)VRVBRIGA(E)
(CUL)TIRIBVS. SVIS
(RE)COLLECTIS
MA(GISTRI) F.C.
(Continuará)


Notas bibliográficas
:

(1) CAMPOS CARRASCO. J. M., PÉREZ MACÍAS, J. A. y VIDAL TERUEL, N.: “La ciudad hispano-romana de Turóbriga (Aroche, Huelva)”. XV Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra. Aroche, abril de 2000.
http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=614&cadena

(2) ALICIA Mª CANTO:"Epigrafía Romana de la Beturia Céltica", 1997, nº 160 = Hispania Epigraphica 3, nº 205

(3) SANTIAGO FEIJOO MARTÍNEZ: “Las presas y los acueductos de agua potable, una asociación incompatible en la antigüedad: el abastecimiento en Augusta Emerita”.
Augusta Emerita. Territorios, espacios, imágenes y gentes en Lusitania romana.
Ministerio de Cultura. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida-2004.
http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=465&cadena

(4) J. M. ABASCAL PALAZÓN: "Ataecina", en Religiões da Lusitania. Loquuntur saxa. Catálogo de la exposición, Lisboa 2002, (53-60).
http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01394920877137736312802/013706.pdf?incr=1

(5) JUGIMO: “Ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal”. http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=418&cadena=Ataecina

(6) En la tégula de Villafranca de los Barros: Máximo Nigriano ordena "(f)IGE LIMITES LA(tifundi) MONT TANCETI (ad) CIP(p)OS (fina)LES A(gri) LACIPEA(e)". Resulta fácil deducir que el Monte Tanceti es sin duda la Sierra de Montánchez y Lacipea es la cercana mansio de la vía romana, IA nº 25, que enlazaba Mérida y Toledo.

(7) FRANCISCO ACEDO FERNÁNDEZ: "El Santuario de
Adaegina", Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres-2006.

(8) JULIO ESTEBAN ORTEGA: "Epígrafe sobre la diosa Attaecina en Bienvenida (Badajoz), Actas de las II jornadas de metodología y didáctica de la Historia" UNEX, Dto. Historia Antigua. Servicio de Publicaciones- 1981.